Para finalizar, resumiré lo que he aprendido en este curso. Me parece sumamente interesante como en nuestro país, desde el comienzo de nuestra independencia, no podemos apartar la mirada del arte extranjero. Siempre tratamos de inspirarnos en lo que había afuera e incluso tratamos de encontrar nuestra propia identidad en la de Europa. Cosa que simplemente no podía lograrse.
Y aún muchos años después de aquello, como mencionó el profesor en la última clase del curso, tuvimos que recurrir a un artista extranjero para que nos ayudara a explotar lo máximo de la gráfica mexicana para las olimpiadas que se llevaron a cabo en nuestro país.
Yo creo que muchas personas poseen la mentalidad de poder apreciar lo que existe afuera de México y darle mucha mayor relevancia que a ciertas cosas que encontramos aquí. Sin embargo, a mi me parece un gran orgullo que muchos países puedan reconocer que contamos con una vasta cultura que nosotros mismos no hemos terminado de explotar. Que es algo que va mucho más allá de lo que comemos, lo que vestimos o nuestras celebraciones religiosas. Considero que en ciertas ocasiones nos limitamos a lo común o cotidiano aún sabiendo que podemos llegar mucho más lejos. Creo que es parte también de la mentalidad mexicana que no siempre nos arriesguemos a ir más allá, a innovar, a tomar nuevos caminos o inventarlos, como si ésto no fuera lo único que podría hacer llegar más lejos a nuestro país. Me parece que es lo más importante que debemos hacer como diseñadores y no terminar esperando, como siempre, a que llegue una persona extranjera a reconocer el gran potencial que tiene México para nosotros abrir los ojos y notar que lo tenemos, después de todo, está en nuestras manos poder quitarnos la venda y decidirnos a ir siempre un poquito más lejos.
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